viernes, 11 de agosto de 2023

LO QUE POCOS DICEN DE LA CASA DE LOS FAMOSOS

 



























ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Una programación que podría ser aprovechada  en una televisión   de entretenimiento social, informativa,  innovadora y  de  potencialidad humana con amenidad inteligente, resulta lo contrario para los canales  estelares  de cobertura nacional, que han montado una jaula  que encierra a la miseria humana perfumada sin dignidad.  En un mismo frasco han atrapado a los oportunistas que llegan  como grandes estrellas sin serlo, a nuestro país,  y a la deteriorada esfera farandulera que han ejemplificado que ser famoso no es lo mismo que tener talento o ser artista. El reality show de Televisa denominado La Casa de los Famosos ha mostrado entre camas mal tendidas, a la verdadera  miseria humana, que por aparecer en un televisor o ser hijos de influyentes empleados de la televisora  o amantes de flamantes padrinos,  han podido llegar  a ser amigos de poderosos delincuentes, ocupar lugares de representación popular, ser estafadores impunes o  cobrar a alto precio su conducta prostitutiva y  darse el lujo de ser tremendos infelices  sin importarles ser padres de familia.  Aquellos que lejos de sus preferencias sexuales que son respetables, sufren la angustia de la no autoaceptación y la distorsión de valores, son los que se refugian en una burbuja a la cual invitan a los espectadores a prevalecer el mayor tiempo posible del día, y que no son un punto ilustrador del estado de podredumbre dispuesto al alquiler a base de la dignidad humana convertida en un verdadero infierno parasitario en donde las minorías quieren engañar a las amplias mayorías de que la calidad de vida se basa en una alberca y en tener ganancias que solamente deben ser materiales. La evolución de los medios de entretenimiento aunque no la calidad de su   comunicación, han quitado casi todos los grados de importancia a un antiguo Big Brother que hoy en día,  abarca al televidente que no tiene más alternativa que la televisión convencional a falta de recursos económicos y protección estatal para gozar de otras opciones.