jueves, 9 de marzo de 2023

LOS MEDIOS TRADICIONALES MERMADOS EN SU FUNCION PUBLICA POR LA FUNCION COMERCIAL

 











A diferencia del telégrafo y el teléfono, la radio surgió como un aparato de comunicación unilateral, en donde el que oye no contesta ni interpela al parlante, a pesar de que por mucho tiempo, la radio se hizo acompañar del teléfono, al igual que posteriormente lo hizo la televisión. La idea original de convertir a la radio en un elemento comercial y no únicamente de comunicación que podía ayudar a gobiernos y sus tecnologías de seguridad, desde un principio fue las ventas, primero del propio aparato receptor de las ondas hertzianas y posteriormente de los patrocinadores del contenido que en éste se escuchaba, por lo que el direccionismo no es una acción de control o guía masiva moderna sino que tal plan  nace desde antes del nacimiento de los medios electrónicos, ya que los propósitos propagandísticos han sido una forma estructural para el funcionamiento de políticas de gobierno y de comercio. Sin embargo las cosas han cambiado radicalmente aunque no sustancialmente, tal es el caso que anteriormente el empresario acudía a los medios de comunicación para anunciar su mercancía  y ahora, cada empresario tiene su propio medio de comunicación como tráfico de influencia masiva que es la primera etapa para el funcionamiento del direccionismo,. Los medios de comunicación deben tener un objetivo prioritario de servicio social a la par del objetivo de entretenimiento, sin embargo el primer punto para concesionarios irresponsables , resulta una causa obsoleta ante la prioritaria necesidad de consumo, globalización y de implantación del pensamiento individualista. La calidad de los medios de comunicación se terminó cuando el radioescucha o el televidente perdió el poder de ser tomado en cuenta, ante el interés de los comerciantes de anunciarse en los programas de mayor audiencia, sin embargo el espectador parece recuperar su  autoridad de decisión por medio del internet,  que es un privilegio de pocos, hasta que en diferentes países, deje de ser una vía de acceso para quien solamente pueda pagarlo y sea contemplado como un derecho humano, al brindar acceso al derecho a la información y a la educación digital.