Ni duda queda que la periodista más fina del periodismo rosa de la nota del corazón, es Ana María Alvarado, ya que nadie de su generación ni aquellos que han tenido que desarrollar un subgénero dentro del periodismo de espectáculos tienen el tacto de Alvarado, con todo y lo difícil que resulta comprender la línea divisoria entre lo que es público y lo que debe blindarse como privado, lo que es permitible por la ética periodístico y aquello que hasta constitucionalmente está limitado. El estilo de la comunicadora le ha permitido destacar en los medios de comunicación más importantes que existen en nuestro país.