LENTE OCULTO.-En gustos se rompen géneros, pero no cabe duda que con Manzanero se muere una inspiración importante para la música romántica de habla hispana, en parte por el talento del compositor yucateco pero también en parte, por el insecticida que la industria musical le ha aplicado al pensamiento poético a cambio de el pensamiento acondicionado, que enterró antes de tiempo a compositores de enormes dimensiones que aún viven, como Manuel Alejandro, que para muchos representa al máximo compositor en la historia de la música en español y a la misma altura que Carrillo. En el panorama internacional todavía nos quedan inventos en el pentagrama de otros grandes de la composición hispana, como las STres de Serrat, Sabina y Saenz. Han jubilado a Pérez Botija y también a la música amorosa pensante. Y ha sido la música el principal instrumento en la actualidad para el dominio globalizado. En México, ante la falta de oportunidades y cerrón de puertas para la balada romántica y la estructura del bolero evolucionado, sobreviven a las tan cuestionadas listas de popularidad, compositores como Marco Antonio Solís, Espinoza Paz aunque con un género todavía con perjuicios y con su madurez compositiva aún en crecimiento, y el más grande aunque joven, que es Fato. Desde hace mucho que la industria del disco está culminada, y no me refiero al material físico por el digital, sino a su contenido espiritual, intelectual y romántico evolutivo.
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