sábado, 7 de noviembre de 2020

HECTOR SUAREZ Y LETICIA PERDIGON UN MOLDE QUE SE TRATO DE ROMPER

 






































Este año murió Héctor Suárez fundamentalista del teatro de tesis, quien junto con Guadalupe Leticia Perdigón Labrador, formaron parte del mejor cine pensante de nuestro país, aunque con la limitante del sistema presidencialista y luego neoliberal  de alto control, para ser moldeado a los intereses del gobierno en turno. Sin embargo fue en la película LAGUNILLA MI BARRIO, en donde ambos virtuosos de la actuación reflejaron la sonrisa esforzada de quienes viven  una cotidianidad de lágrimas ante la desigualdad social bajo la indiferencia del Estado. Resulta claro que en un país con mayor nivel educativo y un gobierno no enfermo de corrupción y poder, ambos actores hubieran realizado una obra de mayores dimensiones a su ya de por sí grandeza. Perdigón actuó en la primer película de ficheras de una larga lista de producciones en el lópezportillismo, mientras que Suárez  intentó la comicidad política y de critica social, pero de manera anticonceptual al estar realizada bajo el amparo de la empresa Televisa. El cine bajo control, los programas de televisión con lineamientos asfixiantes y el ambiente de disimulo, podían aparentar a un México democrático con elecciones sexenales para cambiar mandatario, pero en realidad la dictadura presidencialista y luego la atadura neoliberal resultaban insecticidas para cualquier propuesta artística no censurada con lo que las grandes figuras de la actuación eran perversamente atrapadas para ser parte del propio sistema, aún con su rebeldía como causa de un talento natural y  una formación por momentos resistente y por otros conciliadora.

                  


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