La función de la televisión, es por excepción formativa, en aquellos países subdesarollados que han sido abandonados a un eficaz o nulo sistema educativo, en donde el realizador de programas televisivos de una manera emergente, debe asumir las funciones que deberían ser exclusivas de los padres, los maestros y los libros, ante el abandono conveniente para determinados gobiernos; por lo que dichos realizadores, tienen únicamente dos caminos, que son, o ejercer una sana labor hasta donde se los permita el control de medios o unirse a la perversa política de enajenación y atropello cultural, ideológico y educativo en fortalecimiento del régimen de poder y de su fama y economía personal. Para el punto de vista de Magda Rodríguez -creadora y exproductora del nefasto programa de televisión "Enamorándonos" que ha alcanzado altos índices de audiencia y aún sigue al aire debido a la determinación empresarial en sus patrocinios y al bajo nivel de selección del televidente-; la televisión no enajena, y para su opinión, es válido que un programa busque exclusivamente el entretenimiento dejando que sean otros programas los que deban asumir la responsabilidad formativa e informativa, que según ella, también son funciones que debe tener la televisión. Aunque no se atrevió a señalar al programa "Enamorándonos" como un ejemplo de televisión modelo y de avanzada, Magda Rodríguez sentenció que es necesario para los ciudadanos "el pan y circo" y rebajó el respeto por el amor al nivel de su programa de supuestos amorosos, y dijo sentirse satisfecha.