lunes, 18 de abril de 2016

VICENTE FERNANDEZ EL ULTIMO APLAUSO


































LENTE OCULTO 


Un día después de otro aniversario de la muerte del máximo ídolo de la música mexicana, Pedro Infante y en el Estadio Azteca ante más de 80mil espectadores; se despidió Vicente Fernández de sus presentaciones personales en vivo después de casi medio  siglo de una exitosa carrera artística. Siendo el más vendedor de discos con Mariachi desde los años setentas, Fernández se convirtió en el primer cantante de música ranchera producto de la publicidad televisiva con el que se trató  de llenar el vacío de voces masculinas y abanderados en el género con Mariachi después de la muerte de Javier Solis y de José Alfredo Jiménez quien también se colocaba en el gusto de los televidentes .El cantante de Jalisco, acompañado por momentos, de su hijo Alejandro y con lágrimas en los ojos, se despidió de su público en la capital del país, lugar que fue la cuna del crecimiento y consagración de Vicente al convertirlo en la máxima estrella de la música mexicana en su era moderna, aunque no en un ídolo a la altura de Pedro Infante  ya que Fernández representaba el interés consumista de una televisora  que a base de apariciones continuas  en programas de alta audiencia se forzó su lazo con el teleauditorio  situación muy diferente al desfile interminable de cantantes en la vieja radio, en donde el público tenía mayor margen de determinar quien sería su preferido como en el caso de Infante y el mismo Jorge Negrete cuyo potencial de presencia visual era únicamente el cine. Vicente Fernández se convirtió en la suma de apoyos comerciales, que posteriormente, cuando le llegó el éxito, no fue capaz de convertirse en el estandarte de la música con Mariachi y apoyo a la misma y a los nuevos valores, sino que por el contrario, adoptó la postura monopolista que le permitiera conservar su mando en la industria del disco y del espectáculo, procurando que nadie pisara sus terrenos y quienes lo intentaran tendrían que estar bajo el visto bueno de "el Chente" aunado a la falta de capacidad de los nuevos cantantes y a la desunión del  gremio de los mariachis, los músicos y los interpretes. Sin embargo para un gran número de compositores, las grabaciones realizadas por Vicente Fernández fueron una plataforma importante en nuestro país y a nivel internacional.