lunes, 28 de marzo de 2016

ROCIO DURCAL A DIEZ AÑOS DE SU PARTIDA















































Un 25 de marzo del 2006 partió  una de las máximas artistas de habla hispana. Nos referimos  a la española más mexicana, Rocío Dúrcal  y a una década de su ausencia física fue recordada en una ceremonia religiosa oficiada por el obispo Monseñor Diego Monroy en la Basílica  de Guadalupe donde a su muerte fueron depositados la mitad de sus restos por sus hijos Antonio, Carmen y Shaila  y su hoy también finado esposo, Antonio Morales. La otra mitad de sus restos de la cantante, fueron llevados a España como ella lo había aconsejado para dividirse entre su país natal y su país adoptado en donde al cumplirse diez años de su muerte, su hermano Arturo de las Heras, su familia, amigos, periodistas, medios de comunicación  y el público de Dúrcal, asistieron a su misa en el templo del Tepeyac donde hace unos meses ofició una misa el Papa Francisco y en donde hoy, en plena semana santa,  se recordó a Dúrcal como muestra de que  nunca se olvida ni parece olvidarse jamás.




       


¿LOS IDOLOS NACEN EN LA TV?



















LENTE OCULTO



Las estrellas en una época  las hacía el cine, ahora las fábrica la televisión y cada vez más, la internet. Las estrellas necesitan el impulso de la publicidad y la exposición pública y masiva. Posteriormente deberá imperar el talento, el estilo, lo que unos llaman "la chispa" y los éxitos o las victorias deportivas. Sin embargo no todas las estrellas son ídolos, ya que el ídolo se produce por un mito que puede ser una muerte accidentada y en el punto alto de su popularidad o por virtudes excepcionales y que nadie puede igualar como el caso de Rocío Dúrcal. Una figura que cumplió con todos y cada uno de los requisitos para inmortalizarse es Pedro Infante a diferencia de Selena o Jenni Rivera cuya muertes en el punto de su popularidad aumento su cercanía con el pueblo al fallecer que en su propia vida. pocos son los adorados en vida como Verónica Castro, Thalía o José José  que se puede ir deteriorando el nexo al no acumular nuevos éxitos o llegar a la vejez, situación que nunca ocurre con los ídolos quienes siempre permanecen mediante una herencia generacional y sin importar el descuido televisivo.
   

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