lunes, 7 de septiembre de 2015

NORA PARRA LA DAMA DE LAS ALFOMBRAS ROJAS










































































































Aunque se la pudo llevar por tan sólo su belleza, NORA PARRA fue ganadora de la estatuilla de Oro por su talento como actriz y productora. La hermosa dama siempre engrandece cualquier alfombra roja en la que aparece desfilando.






EL MUNDO DE LAS PREMIACIONES UN LENTE OCULTO 


















































































































































LENTE OCULTO 


Son las premiaciones quienes dan categoría y prestigio al medio del espectáculo y el ejemplo por excelencia es EL OSCAR; sin embargo esta necesidad  de protagonismo y hasta ego enfermizo ha dado a un comercio negro tan grande y dañino como lo puede ser el chayote en la prensa o  la payola y la miserable venta de entrevistas en la radio. En el caso de las premiaciones pagadas han venido a manchar los reconocimientos legítimos al grado de que un premiado no sabe si está siendo homenajeado o utilizado y si está ganando prestigio o esta haciendo el ridículo al recibir determinados premios que son más vendidos que una concha de panadería.  La compraventa de trofeos a cambio de favores, de pago en moneda o en especie o la condición de vender boletos, pagar una mesa de invitados o una botella humillan tanto al otorgante como al otorgado y se engañan ambos, cuando es de todos sabido el proceso que hay que cruzar para ganar determinados “reconocimientos” u homenajes en determinados recintos.  A todos nos gusta ser reconocidos por nuestro esfuerzo, pero este no es el punto importante;  lo que llama la atención es la venta de premiaciones como ropa usada para ser objeto del centro de atención que no se puede obtener con el aplauso espontáneo y el daño que provoca a aquellas otras premiaciones que se conforman de un jurado conocedor y cuyas entregas son legítimas y basadas en el agradecimiento a quien se ha esforzado o contribuye al arte y a la sociedad y no en la compra de un auto halago en donde desconocidos son plus ultras y siempre los mismos, cuando los merecedores son otros, que la mayoría de veces, lo que menos les importa es un papel o metal que algún día estará lleno de telarañas o junto al álbum de estampillas. Los que los compran en contrario, los presumen en el centro de su sala pero la esculturilla o marco, no les recordará un esfuerzo sino un cheque al portador. Es necesario para el bien del espectáculo y el arte, rescatar premiaciones reales como  El Heraldo de México, el esfuerzo que trata de hacer LOS ARIELES y LAS LUNAS del Auditorio, aunque realmente el medio artístico, deportivo y cultural se encuentra huérfano de una premiación seria cuyos recursos sean producto de las asociaciones civiles, los donativos o los patrocinios y no únicamente al destape de botellas con licor. 


 


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