Ni la grandeza del Palacio de Bellas Artes, ni la VIGILANCIA de su TORRE LATINOAMERICANA, pudieron OPACAR la hermosura y lumonisidad de los ojos de DULCE PARRA quien con su belleza y simpatía formó parte de nuestra sección UNA REINA EN EL PALACIO y de una inolvidable tarde.
AQUI NO TERMINA TODO...
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