FATIMA MOLINA CORTE DE MODELOS ESTABLECIDOS

 

La perfección de su cuerpo y lo encantador de su cara , se han convertido en un templo con dedicación a la actuación, por ello Fátima Molina no teme ni al corte de su melena ni a romper los estereotipos direccionales de lo que debe ser la conducta, la aceptación o la belleza. La artista  se mezcló entre famosos y se proyectó ante el público de consumo al ser protagonista en el canal comercial más importante de México, la cuna de las telenovelas con el melodrama "Te acuerdas de Mí" para la barra telenovelera de Televisa. “Cuando hice la telenovela , me enfrente a muchos comentarios negativos, porque veníamos de años en un sinfín de estereotipos muy establecidos. Aunque creo que eso está cambiando, pues hoy buscamos belleza de todo tipo. Todos queremos sentirnos identificados al prender una televisión o al ir al cine, así como también, todos tenemos ganas de sentir que pertenecemos en este mundo, que podemos ser parte de algo, que podemos triunfar y realizarnos. Creo que a todos nos gusta saber lo que también podemos llegar a ser. Nos estamos enfrentando a los cambios en los estereotipos y nos están gustando bastante. Creo que cada vez más, el mostrarnos tal cual somos es más aceptado y la belleza real se está empoderando. Hoy vemos una mayor inclusión en todas partes, lo cual nos hace sentir que somos parte, y que somos una comunidad que trae consigo una mayor seguridad. Creo que todos estamos expuestos y todos tenemos derecho a expresarnos. Yo jamás los voy a limitar, pero creo que sí debemos ser conscientes de que las personas que dedicamos nuestra vida a esto y que estamos frente a una cámara y bajo el reflector, también tenemos sentimientos. No debemos olvidarlo, porque además, todo puede cambiar y cualquier otra persona puede ser expuesta y estar en un lugar similar. Hoy, gracias a las redes sociales, cualquiera puede hacerse viral”, dijo la atractiva actriz mexicana, nacida en ensenada, Baja California.

EL CUMPLEAÑOS 568 DE EL LIBRO

 

Hay quienes marcan que el primer libro impreso se realizó de manera oficial  un 23 de febrero de 1455 por lo que en este año se celebra su cumpleaños 568 del conjunto de hojas de papel unidas en un volumen. Antes de existir los escribanos sabios como Cervantes o  Shakespeare, muchos autores anónimos y poco atrevidos, escribían sus vivencias , pensamientos e intimidades en una hoja escondida en un cajón que de pronto asaltaban con el tiempo, sin embargo la publicación masiva, seguramente surgió como una necesidad de urgencia que no podía esperar como lo hacía el romanticismo que quedaba en la privacidad del ser amado. El periodismo ciudadano que hoy aparece  en la sociedad moderna por medio de un dispositivo móvil, también aparecía en esos años remotos en que ciudadanos valientes denunciaban a gobiernos tiranos o a oportunistas sabuesos que solamente olfatean el poder. El libro se convirtió en el arma defensora del pensamiento y en el velero de la libertad, y en el aparador masivo, al principio elitista, después alcanzable para luego convertirse en un objeto despreciado por varios, ante la presencia de otras alternativas de comunicación hasta llegar a su resistencia por formar parte de la lista de especies en extinción. La sabiduría estampada en tinta en un libro, también se convirtió en material serial de manipulación como cualquier elemento de comunicación escrita, visual o auditiva. Hoy leer un libro es un acto de presunción para los cada vez menos radioescuchas y televidentes, y cada vez más internautas. Sin embargo no importa si el elemento es una pantalla, una bocina o una recopilación de hojas con tapa dura o blanda, ya que lo realmente importante es el receptor capaz de reconocer la habilidad de los Vallejo, a los  García Márquez, los Pablos Nerudas y hasta los Vargas Llosa pero sin creerles a ciegas como a un caballo de Troya, y que muestra ser un receptor inteligente, es decir otro espectador pero no un espectador más. La «Biblia de Gutenberg», fue el primer libro que  vio la luz con una tirada de 180 copias, de las cuales la humanidad de los siglos recientes han dicho detectar veinte de aquellas publicaciones impresas cuya originalidad resulta dudosa como quien es un lector crítico.

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