La televisión de consumo busca cualidades más que virtudes, pero también tiene el rápido mecanismo de sustituir cualquier talento por otro o por cualquier imagen que sin esa virtud ante una permanencia en pantalla, acabe por ser aceptada casi sin remedio por los frágiles televidentes. Sin embargo los televidentes más estrictos pueden llegar hasta a la desesperación por no tener la presencia de figuras que ya deberían dar el salto exitoso y trascendente, pero que en vez de ello, son utilizadas al capricho de la mafia de nefastos productores o de aquellos que utilizan su imagen para conveniencia de poder. Un caso que frustra a muchos televidentes es el referente a la querétana Gretell Valdez quien pudiendo ser la gran figura de las telenovelas mexicanas, la involucran en una estrategia de golpeteo hacia el actual gobierno de recuperación progresista o simplemente la involucran en proyectos baratos en donde no se aprovecha su talento y la exponen ante escritores, realizadores y otras actrices que son parte de una realización por diversas circunstancias alejadas al talento.
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